El Museo de Arte Adachi se encuentra a 20 km al este de Matsue en la Ciudad de Yasugi, Prefectura de Shimane, Japón. Cuenta con uno de los jardines japoneses de la era moderna más impresionantes de los que tenga conocimiento. El Museo de Arte Adachi no es solo famoso por su colección de pinturas contemporáneas japonesas sino también porque se conceptualizaron los jardines como obras de arte y es parte importante de la exhibición permanente del Museo.
Zenko Adashi, (1899-1990), fue un coleccionista de arte, conocedor de jardines y fundador del museo. Recorrió en persona prácticamente todo el país colectando árboles de pino y rocas para sus diseños de paisaje, poniendo toda su energía, su alma y corazón en esta creación. Zenko Adachi nació en una familia de agricultores pobres en Yasugi, Shimane en 1899. Comenzó su larga carrera como micro-empresario a la edad de 14 años, tirando de un carro grande (Daihachi-guruma) para entregar carbón de leña. Después de la guerra se fue a Osaka donde pasó a convertirse en un comerciante textil exitoso y corredor de bienes raíces en Osaka. Su negocio prosperó y le permitió dedicarse a viajar por todo el país coleccionando pinturas japonesas, cerámicas y estudiando jardines. Su colección de pintura contemporánea de Japón necesitaba una sede, ya que llegaron a sumar 1.300 cuadros de los más respetados artistas del país. La mayoría fueron producidas después del período Meiji y su colección está centrada en obras del pintor Yokoyama Taikan. Zenko Adachi murió a los 92 años.
Su idea de un nuevo emplazamiento para las pinturas no estaba completa con lo meramente museográfico y amplió el concepto de “museo” al incluir una secuencia artística de bien logrados jardines. Adachi encargó un jardín de seis partes interconectadas. Dejó claras sus preferencias estéticas y opiniones, pero no se ocupó del diseño. Esta obra maestra moderna fue realizada por Kinsaku Nakane nacido en 1917, quién considera que se trata de su comisión más importante. La concluyó en 1970. Los seis jardines son también una lograda articulación de “ejes temáticos” que muestran varios escenarios según se recorre el museo.
El visitante disfruta de su armonía y belleza a través de la contemplación del arte, cuyo contenido se mezcla con esta otra manifestación estética de tanta tradición en Japón. De hecho, Zenko Adachi es citado diciendo, "El jardín es, por así decirlo, un cuadro en desplazamiento"
La colección del museo incluye pintores como Shoen Uemura (1875-1949), famoso por sus obras bijinga (dibujos y pinturas que retratan la belleza de la mujer), y el renombrado pintor de flores y pájaros, Shiho Sakakibara (1887-1971), así como esculturas de madera, artículos de oro y laca y una colección de mingei (arte popular) practicado por Kanjiro Kawai (1890-1966), un gran talento local en alfarería.
La mayor parte de la colección de pinturas, sin embargo, está dedicada a Taikan Yokoyama (1868-1958), una figura destacada en la escuela Nihonga, que ha combinado las técnicas tradicionales de pintura japonesa con temas modernos. Sus obras incluyes pinturas en tinta y biombos en color. Las pinturas de Yokoyama fueron la inspiración para que Kinsaku Nakane planteara sus diseños de muchas partes del jardín. Una pintura de paisaje denominada "Arena Negra, Pinos Azules ", que muestra un bosque de pinos situado en diagonal a través de una duna de arena, con una franja de mar azul y un cielo teñido de color naranja pálido visibles más allá de la línea de árboles, fue la fuente directa para conceptualizar uno de estos jardines.
En resumen, el Museo Adachi y sus maravillosos alrededores han conjugado la creatividad de tres hombres: un mecenas del arte, un pintor de paisajes y un maestro jardinero.
Los jardines japoneses tradicionales más destacados son considerados obras de arte, objetos de tranquila contemplación en la que la mano del jardinero debe ocultase ingeniosamente. La pintura y la jardinería están estrechamente vinculados. La posibilidad de crear jardines que a su vez permitan recrear escenas pictóricas o viceversa, fue el ideal de un gran jardín.
Los terrenos del Museo Adachi se dividen en cinco zonas principales (y una parte posterior a estas cinco primeras): el jardín de paisaje seco, grava blanca y Jardín de pinos, Jardín de musgo, y el jardín del estanque, como sexto componente está la cascada lejana. Lejos de ser un ejercicio moderado en la miniaturización, los jardines cubren un área de casi 5 hectáreas.
Jardín de paisaje seco
Las tres piedras de pie en el centro representa la cascada, que se precipita hacia abajo para convertirse en uno con las aguas del gran río, simbolizada por la grava blanca. La profunda belleza de la naturaleza es maravillosamente recreada mediante la técnica de paisaje seco. Las montañas en el fondo tienen Mt.Katsuyama en su centro. Esta montaña es donde las tropas Mori establecieron su cuartel general durante su batalla con la Familia Amago de mediados del siglo XVI.
El área abierta de grava blanca, junto con el césped complementa el flujo de curvas con sus piedras en bruto y las azaleas. La perspectiva lleva el ojo a lo lejos, donde vemos una franja boscosa de pino negro. A pesar de que estos árboles también son claramente podados, en particular, para formar coronas redondeadas, se les permite crecer más alto y más estrechamente juntos, creando un telón de fondo de la composición.
Jardín de grava blanca y de pinos negros
La paleta de plantas del “Jardín de Grava Blanco y Pinos Negros” es pequeña. Nos encontramos sólo con los tonos verdes, o azaleas Satsuki, (Rhododendron indicum), el pino negro (Pinus thunbergii), pino rojo japonés (Pinus densiflora), un pocos Enkianthus perulatus esparcidos entre las rocas, y algunos helechos a lo largo de las orillas del agua. Trasplantados desde la Península de Noto en la Prefectura de Ishikawa en el Mar de Japón, el número de pinos rojos es de 800. Las azaleas Satsuki están bien agrupadas con formas hemisféricas y, tienen una cuidadosa composición en su relación con las rocas,y están colocadas en una pendiente muy gradual. Sin embargo, el efecto es poderoso, y el papel de las plantas es esencial para tal efecto. Este jardín recrea la imagen representada en una pintura de Yokoyama. Su salto de agua, arena blanca, pinos y estanques se encuentran en perfecta armonía con las montañas en el fondo. El poderoso arreglo a gran escala de las rocas de Tottori y Matsuyama hace uso de una técnica de jardinería de la época feudal.
Por encima de la línea ondulada de los árboles, se hizo eco de una línea que une toda la escena, vemos las colinas y las montañas más allá del jardín que en sí que están autorizados a entrar en la composición. Este efecto es el conocido Shakkei, o "paisaje prestado", que se encuentra en numerosos jardines en Japón. Es como si el jardín hubiera estado allí desde siempre. Alguien que está en la terraza nunca sospecharía que haya una carretera muy transitada más allá que la línea gruesa de los pinos. Las montañas constituyen el punto de vista distante y bosques a una distancia media. Una de las restricciones necesarias del jardín de paisaje seco es que, con muy pocas excepciones, está prohibido entrar en la composición.
Una gran extensión de arena color blanquecino está marcada por los grupos de pino negro corto inclinado a la izquierda y derecha como si fueran sacudidos por los vientos. Esta es la aproximación más cercana de la pintura de Taikan. Los pinos son podados con regularidad, arralados y sus coronas redondeadas, tanto para exponer sus mejores ramas como para evitar que oscurecer el fondo de la composición. Esta poda se realiza en primavera y otoño, con la limpieza regular de las agujas muertos y conos todo el año.
El jardín de musgos
El musgo juega un rol importante en los jardines japoneses y se dan muy bien en el clima japonés durante su corta estación de crecimiento alta en humedad. En el jardín de musgo del Museo Adachi, el “musgo de cedro” se utiliza ampliamente junto con losas de piedra curvada sobre grava blanca. El maravilloso contraste de color de verde musgo y grava blanca es espléndido, más aun con la adición de la caída de las hojas de los árboles del arce rojo. Las plantaciones en los alrededores están cuidadosamente dispuestas en distintas capas, compuestas de altos árboles, arbustos y pequeños arbustos redondeados.
El jardín de musgo hace una transición natural en el borde del jardín de paisaje seco. Los pinos rojos japoneses son altos y bien formados (Akamatsu, Pinus densiflora) y el arce japonés (Momiji, Acer palmatum) dan la cantidad correcta de sombra para el musgo de cedro (sugigoke, Polytrichrum juniperinum)
El punto focal de una cascada aparece en el vértice de un triángulo formado por las plantas y las rocas en ambos lados de la corriente. Rocas naturales y arbustos podados: Este interfaz y el equilibrio de lo natural y humano, es uno de los fundamentos estéticos de los jardines japoneses. Inmediatamente a la derecha de la cascada hay una torre de piedra, un artefacto histórico encontrado durante las excavaciones arqueológicas en 1848, en la Isla Nezumi en la desembocadura del río de Kii, en la prefectura de Wakayama.
Azaleas y otros arbustos cortados de forma redondeada (Hako-zukuri) ofrecen otra aproximación a la representación de colinas y montañas, ya que desaparecen en una zona de césped.
Jardín del estanque
Construido para la contemplación, el estanque está rodeado por una combinación armoniosa de árboles grandes y pequeños dentro de rocas dispuestas con gran gusto en el jardín. La laguna es hogar de una enorme carpa koi casi un metro de largo que nada tranquilamente. Destaca un precioso puente de piedra. Una vista del jardín del estanque se puede ver desde una Taikan (cafetería). De allí se puede observar el puente de piedra sobre el estanque, la formación de rocas, y árboles (en términos de tamaño y posición) han sido diseñados de tal manera que se puede ver desde todas las direcciones.
Dondequiera que se mire, debe haber un equilibrio entre el yin y el yang. Piedras erguidas deben ser equilibradas mediante las de apoyo a las piedras yacentes, el agua equilibrada con rocas.
Jardín Juryu-an
Incluidos en este repertorio de formas tradicionales del jardín japonés hay varias casas de té tradicionales. El Juryu-an, es la más grande de estas casas, y es una réplica de una casa de té que fue inspirada por la Shokin tei en el famoso jardín del Palacio Katsura Rikyu en Kyoto. Los jardines de té japonés (roji) tienen requisitos muy específicos de diseño, los escalones, las cuencas de agua y linternas de piedra fueron hábilmente incorporados respetando estos criterios ancestrales. Este diseño se replica ya que en su época fue creado por el famoso maestro de té y diseñador de jardines Kobori Enshu (1578-1647). Las hojas rojas de arce más bellas en el museo se pueden ver en el jardín de Juryu-an. Los tonos otoñales de los diversos tipos de árboles se disfrutan desde mediados de noviembre hasta principios de diciembre.
Aquí, por un precio bastante elevado y como parte de un ritual muy antiguo, los visitantes pueden degustar el té verde en polvo preparado con agua hervida en una taza de oro. En la foto de abajo es una de las casas de té pero no la Juryu-an. Si es la que se ve en la subsiguiente fotografía.
La Cascada Kikaku-no-taki
Se trata de una cascada artificial que fluye desde una altura de 15 metros. Fue construida en 1978 para conmemorar el 8º aniversario de la fundación del museo. El torrente de agua que cae desde una altura crea una tensión agradable que reúne a las distintas partes del jardín en su conjunto. La cascada es un punto focal en el que se ha estudiado cuidadosamente esta perspectiva, aparece ubicada en el ápice de un triángulo formado por rocas y plantas. La cascada perfectamente vertical es conocida como Kikaku-no-taki, fluye por un acantilado salpicado de pinos. Esta es una composición que no parece ser artificial y fue creada para lograr un enfoque visual del conjunto que unifica el diseño. La cascada resulta, más bien decepcionante si se toma en cuenta que se ha creado recirculando el agua corriente. Es un paisaje demasiado idealizado que está situado para recrear un paraje natural. Lo verdaderamente habilidoso, sin embargo, ha sido que este espacio también esconde una carretera muy transitada un poco más allá de la línea de pinos.
El jardín del Museo de Arte Adachi ha sido nombrado el mejor jardín en Japón anualmente desde 2003 por el Journal of Japanese Gardening, esta es una revista especializada en Diseño del Paisaje. El jardín se puede disfrutar en cualquier época del año y muestra un carácter diferente dependiendo de la temporada. Los jardines están diseñados para ser vistos desde el interior del museo a través de ventanas diseñadas para parecerse a la forma como cuelgan los rollos de pergamino. Cada vista de los jardines es una imagen viva. Todo el trabajo intensivo de los jardineros es garantizar que los jardines tengan una imagen perfecta. El jardín se convierte en parte de la colección del museo, como complemento de los cambios estacionales de las obras de arte. El jardín rodea el museo, pero el museo encierra el jardín.
Es además un jardín que se encuentra muy lejos de cualquiera de los principales centros de población de Japón. La pregunta es: ¿porqué tan lejos? La respuesta puede ser que éste es el lugar de nacimiento de su fundador, Zenko Adachi, aunque tal vez la respuesta a este enigma se encuentra en el propio paisaje. No hay nada al azar sobre los elementos que componen este espacio bien configurado. Los topiarios se utilizan aquí para crear un efecto óptico deliberado. El uso de grandes rocas y los setos con formas recortadas en la parte delantera traen la vista al primer plano, más cercano al observador, al mismo tiempo que los espacios en planos medios y el fondo aparecen gradualmente más pequeños y más distantes.
El cambio de las estaciones, es para los jardines japoneses la "gran regla de la metamorfosis del mundo". Como un erudito chino dijo, cada estación tiene su color, elemento, la orientación, y flor.
Varias de las ventanas del museo están ingeniosamente colocadas para crear el sentido de la pintura, como una "obra viva".
Siete jardineros están en permanentes labores de mantenimiento. En los jardines japoneses más grandes, a menudo siete es el número preferido para un equipo de jardinería. Esto puede estar relacionado con el supuesto patrón auspicioso 7-5-3, que a veces se ve en los grupos de rocas y de agrupaciones de arbustos, su origen está en la teoría taoísta de la armonía de los números impares. Los jardineros de Adachi a menudo trabajan hasta 14 horas al día barriendo los caminos de grava, hacen las podas, recogen hojas y recortan y cepillan el pasto cortándolo con pequeñas tijeras eléctricas. En caso de que no llueva durante la primavera y los meses de verano, todo el jardín se riega a mano con largas mangueras.
Esta es una obra excepcional y vale la pena visitarla o si no, ver las numerosas páginas con fotos que captan muy bien toda su magia. En el trabajo de Nakane da cuenta de que el jardín japonés es una forma libre de arte. Los jardines del Museo Adachi encarnan la búsqueda de la esencia del paisaje - el fin último de todos los jardines japoneses.
Más información en los enlaces siguientes (son continuación unos de otros)
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-2011-i.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-2011-ii.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-2011-3.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-2011-iv.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-v.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-vi.html
http://eltimbonsai.blogspot.com/2012/01/japon-vii.html
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